El torneo de karate
Un niño debe enfrentarse a otro mucho más grande que él. Un relato inspirador basado en una anécdota real, con un toque de comedia.
(RELATO CORTO)
2/10/20251 min read


La primera vez que participé en un torneo importante de karate resultó muy diferente a lo que imaginaba. Nada de arcos de entrenamiento como Rocky o Karate Kid, no tuve una rivalidad que resolver en el ring, solo éramos muchos niños intentando golpear y evitando ser golpeados.
Tras derrotar sin mucha dificultad a los primeros competidores y sufrir un poco más con los siguientes, llegué a la final. Yo era uno de los más sorprendidos por la hazaña, pues no había pensado llegar tan lejos.
El niño al otro lado del ring era mucho más alto y fuerte que yo.
Yo era bueno defendiéndome, tenía una buena velocidad de reacción, pero me costaba asestar un golpe certero. Cuando al fin lo hice y marqué un punto, él ya lo había hecho dos veces y me llevaba la delantera.
Aquel pequeño gigante necesitaba sólo acertar un golpe más. Mi única opción de ganar sería hacer dos puntos consecutivos o atinar una patada en la espalda, tarea titánica para alguien tan pequeño como yo.
Cuando lo vi prepararse para atacarme, encontré la oportunidad e intenté hacer una patada alta. Digo intenté porque resbalé y vi girar el escenario a mi alrededor.
El resbalón me dio un impulso inesperado y tomó a mi rival por sorpresa, el cual bajó la guardia y pude a duras penas acertar la patada. Dos puntos. Victoria para mí.
Hasta hoy en día sigo pensando en cómo era posible que haya podido resultar campeón de aquel torneo, y todo gracias a un resbalón.
(Basado en una anécdota real)