El queso rodante
Una joven decide participar en el popular festival del queso rodante. ¿Conseguirá alcanzar la gloria?
(RELATO CORTO)
2/19/20251 min read


¡Gloria a los valientes!
La arenga retumbó en la colina, dando inicio al festival. Decenas de hombres y mujeres esperaban impacientes a que la rueda de queso sea soltada.
Yo, la más pequeña y delgada de todos, en medio de dos hombres enormes con pelo en pecho y grosera barriga. Las barbas les llegaban al ombligo y, al verme, rieron socarronamente. Las otras mujeres también eran más corpulentas que yo, parecían llevar tiempo entrenando para esta ocasión.
La rueda empezó a girar, y los participantes se agolparon tras ella, unos encima de otros, empujándose, batallando por alcanzar la gloria. Yo me deslizaba por la empinada colina, estando a punto de resbalar en varias ocasiones. Fui rebasada por aquella masa de brazos, piernas y torsos que rodaba y volaba por los aires, quedando muy atrás.
Entonces, un perro apareció desde un lado de la colina, esquivando ágilmente los cuerpos que lo veían con sorpresa. Para los que estaban rodando, era apenas una veloz mancha marrón que daba vueltas a su alrededor.
Uno de los hombres musculosos que inició a mi lado se lanzó por el queso y, estando a centímetros de alcanzarlo, el perro se abalanzó y lo atrapó con el hocico, emprendiendo la fuga. Todos los participantes, los pobladores, turistas y comerciantes, fueron tras él intentando recuperar el trofeo. No lo consiguieron.
Al llegar a casa, acaricié a Bobby, felicitándolo por su buen trabajo fruto del entrenamiento. Nos dispusimos a disfrutar del queso y la gloria no reconocida de un buen trabajo en equipo.
(Basado en la canción “El queso rodante”, de Saurom, y en el festival del mismo nombre, típico de Gloucester - Inglaterra)