El niño de la burbuja
Un niño anhela volar, y no dejará que nadie lo detenga. Un relato sobre los sueños y metas.
(RELATO CORTO)
1/31/20242 min read


Benito siempre soñó con volar. Pasaba los fines de semana en la biblioteca de su pueblo investigando sobre los hermanos Wright, dirigibles, jet-packs y demás tecnologías que pudieran concederle su deseo.
En su fiesta de cumpleaños, sopló las diez velitas deseando en cada una de ellas poder volar al menos una vez.
Cuando abrió su regalo de cumpleaños, se alegró de recibir una varita para hacer burbujas. Salió a jugar con ellas y al ver cómo las pompas de jabón se elevaban al cielo, sintió algo de envidia de ellas. «Ojalá pudiera ser como ellas», pensó.
Entonces tuvo una idea. Fabricó una enorme vara de burbujas con un ula-ula y un palo de escoba, reunió toda el agua de jabón que pudo en un cilindro, y llamó a todos sus amigos para que le ayuden a soplar. Tras varios intentos fallidos, consiguieron producir una pompa de jabón suficientemente grande que se elevó hasta que la perdieron de vista.
—¡Ahora me toca a mi! —exclamó Benito, corriendo al centro del ula-ula e indicando a sus amigos que repitan la hazaña.
Soplaron y soplaron hasta que la burbuja envolvió a Benito, que se mantuvo inmóvil para evitar romperla. Comenzó a elevarse ante las miradas atónitas, asustadas e ilusionadas de sus amigos. Con una sonrisa de oreja a oreja, se despidió de ellos, que corrieron tras él.
Recorrieron el pueblo, los campos, el río. Benito no podía ser más feliz, se sentía tan liviano flotando entre las nubes, viendo a sus amiguitos como meros puntos debajo de él. El viento lo paseaba como si lo llevara en sus brazos, meciéndolo, mientras que él solo quería que ese momento no acabe.
Al atardecer, la burbuja fue descendiendo hasta posarse suavemente en un prado, donde lo esperaban sus amigos que corrieron a abrazarlo y a preguntarle por su experiencia.
Repitieron esta experiencia cada fin de semana. Se sumaron también sus compañeros, hasta que crecieron lo suficiente para dejar de caber en la burbuja, y Benito comenzó sus estudios para convertirse en aviador.