Cuidado con lo que tu hijo cree...

Un niño se toma lo que le dicen demasiado en serio, y eso puede resultar más trágico de lo que crees. Un relato acerca de la inocencia e insensibilidad de los niños.

(RELATO CORTO)

3/21/20241 min read

El pequeño Ramiro, de apenas seis años, jugaba con su gato: un precioso siamés de ojos azules que adoptaron hacía poco. Correteaban, el niño reía, sus padres los observaban felices desde el sofá.

Entonces, Ramiro tropezó y se golpeó la cara con la mesa de centro. La madre corrió presurosa y preocupada a atenderlo, y se alivió al notar que no era nada grave. El pequeño se tocó la boca, y notó que tenía un diente flojo.

—Ohhh, ¡otro diente! —exclamó la madre, con una sonrisa—. Eso significa que en la noche te visitará el ratoncito Pérez. —Se giró y le dedicó un guiño cómplice y discreto a su esposo.

Ramiro estaba feliz y emocionado. Por la noche, fueron todos a dormir, y la madre sustrajo el diente bajo la almohada para reemplazarlo por una moneda.

A la mañana siguiente, la madre dio un grito de terror que despertó a toda la cuadra. El gato estaba en la lavadora, tieso y mojado. Ramiro llegó a la lavandería radiante, con la moneda en la mano. Miró la expresión horrorizada de la madre, y le dijo:

—Lo hice para que no se comiera al ratón, mami.