Cuando el agua se agotó

En un mundo donde el agua potable escasea, un muchacho debe hacer lo que sea para sobrevivir. Un relato sobre la crudeza de la humanidad.

(RELATO CORTO)

2/5/20241 min read

Tras varias décadas desde la guerra nuclear, las principales fuentes de agua dulce se contaminaron y redujeron, el clima cambió y aumentó su temperatura, convirtiendo prados y bosques en desiertos.

Se formaron pandillas para buscar fuentes saludables de agua potable y satisfacer a la escasa población restante, alcanzando precios desorbitantes. Una nueva y sigilosa guerra fue germinando, la guerra por el agua.

Axel no trabajaba en equipo, se desempeñaba bien solo. Tras recibir la pista de una cisterna de agua en buen estado bajo las ruinas de una ciudad, se encaminó soportando el inclemente calor. Se encontró con una pandilla que buscaba el mismo recurso, y los siguió cautelosamente hasta asegurarse que encontraban la cisterna enterrada. Se acercó al vehículo desocupado y, asegurándose de que no quedaba nadie cerca, trabó las ruedas para que sus ocupantes pensasen que se había descompuesto. Se ocultó entre los escombros y esperó a que cargasen los cilindros con agua.

Aprovechando su destreza física y conocimiento del entorno, ejecutó su emboscada. Mientras los pandilleros se hallaban distraídos tratando de reparar el coche, salió en silencio de su escondite para atacarlos como un felino salvaje, directo a la yugular. Su espada siempre afilada danzaba de víctima a víctima con elegancia y celeridad, sin dar tiempo de reacción a los hombres que caían inertes tras apenas notar un destello y salpicaduras rojas en el aire.

Ensangrentado y agitado, destrabó las ruedas y se subió al vehículo. El encargo había sido fácil, después de todo, esa había sido su ciudad, y cuando descubrió que le sería imposible trasladar esa cantidad de agua por sí mismo, filtró el rumor a la pandilla para que ellos hicieran el trabajo pesado. Otra tarea ejecutada con éxito, lo que le daría recursos suficientes para el próximo encargo.